martes, 13 de julio de 2010

deportes el futbol

Aclaro antes que nada, que soy un admirador y amante de todos los deportes, especialmente cuando se practican con nobleza, dignidad y corrección. Algo que lamentablemente no siempre ocurre.
Por primera vez me decidí a ver por Televisión el partido España-Holanda, con ello pude comprobar que lo de la corrección no siempre se practica y para mayor vergüenza pude comprobar que, un equipo el holandés, no siempre actuó de la forma correcta, cosa que no me esperaba, supongo que al igual que muchos millones de personas, igual que yo, se sintieron avergonzados y humillados al comprobar la bárbara actitud durante todo el partido del equipo holandés, cosa que el equipo español, no hizo, ni tan siquiera como reacción a la brutal agresividad de los holandeses, equipo y gente que consideraba y tenía en el más alto concepto. Ha sido una vergonzante exhibición de mal carácter y agresividad.
El deporte como manifestación de la actividad humana debe ser el espejo de la conducta noble del ser humano. Se gane o se pierda lo importante es jugar, hacerlo bien y con dignidad.
El deportista puede ganar o perder, tan bueno puede ser en cualquiera de los dos casos…lo importante es entregarse a un juego noble, defender sus colores al máximo tiempo manteniendo su dignidad con el mejor esfuerzo y entregar en ello lo que emana del valor y de la dignidad.
Hay otros aspectos que afectan desgraciadamente a esta nueva “RELIGION”, en lo que se ha convertido el futbol y es que no se trata de defender sus colores, se trata por encima de todo de una vergonzante cuestión de DINERO.
Las enormes cantidades de Dólares que se pagan por patear el balón, mal o bien es una verdadera vergüenza para todo ser pensante. Cuando muchos millones de niños y adultos carecen de todo y también se mueren de todo tipo de enfermedades o de hambre, esto es un verdadero insulto para la humanidad, no obstante esta práctica, que para mí es una verdadera impudicia, es la que más se está practicando en todos los niveles y ámbitos del deporte.
Es normal y correcto que los dedicados al deporte más o menos popular, tengan una vida digna y cómoda, pero es un insulto social que muchos de los deportistas se conviertan en multimillonarios y estén agresivamente exhibiendo sus enormes riquezas.
El estimulo del deportista debe brotar de su propio orgullo, en ser cada día mejor en su actividad y su gloria deportiva debería provenir de su dedicación y esfuerzo y el consecuente reconocimiento de su dedicación y del esfuerzo realizado.
Lo contrario es un crimen de Lesa Humanidad.
Estimo un acto relevante de que la cotización de una figura del deporte sea altamente cotizada, siempre y cuando una cifra básica y más que suficiente le sea retribuida a la figura deportiva y el saldo sea aplicado a cubrir las emergentes necesidades básicas a los hambrientos, enfermos, discapacitados y otros necesitados que son en buena parte los que promueven con su presencia y voces a estas populares estrellas.

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