viernes, 16 de julio de 2010

EL ESTADO DE LA NACION

Hoy 14 de Julio del 2010, conmemoración de la fiesta de la Bastilla, festejo y exultante fiesta en toda Francia, día de la República que todos los seres libres deben festejar y también debate del programa de gobierno de la monarquía española, al que por curiosidad, he querido asistir desde Buenos Aires a través de la televisión.
Con ello he sufrido uno de los tantos desencantos que ofrece hoy y no excepcionalmente los debates políticos, donde de una forma exageradamente extremista se promueve la discusión, que no el debate, sobre los temas que en las actuales circunstancias se supone preocupan a las personas de todos los niveles, pero que especialmente en el nivel político, se distorsionan según los intereses partidarios o particulares del momento.
Es más que lamentable de asistir, durante horas consecutivas, a las circunstanciales letanías partidistas e interesadas que a través de horas y más horas se van desgranando, a veces con una elocuencia cervantina, que tras revuelos y más revuelos lingüísticos solo intentan revindicar posiciones personales.
Todo el mundo sabe, y además sufre las consecuencias, de una crisis que es universal, que es universal y que era previsible. De la misma forma que hubo otras con las mismas características y las seguirán habiendo, mientras perduren los sistemas financieros económico que actualmente dominan el universo.
No abogo por un sistema comunistoide ni socializante al extremo, pues entiendo que las personas son seres múltiples y diferentes con diferentes capacidades creativas que no pueden ser valorizadas ni uniformizadas en términos generales. Por lo tanto, deben admitirse diferencias. Diferencias en todos los campos y niveles, pero a su vez, diferencias que no se extralimiten de los causes que podrían llamarse racionales.
Es evidente que no se pueden comparar la vida de una primera actriz con la vida de una costurera, pero también es absolutamente evidente que la costurera tiene derecho absoluto a una vida digna y a no tener estados de necesidad que la agobien con problemas económicos. De la misma manera que la gran actriz gozará de sus triunfos por su propia personalidad y por el tributo que le puedan rendir sus admiradores o admiradoras y que por supuesto también debe tener cubiertas sus racionales necesidades, dentro del medio ambiente adecuado a su condición. Lo que no es óbice para que disponga de uno o dos aviones particulares, tres o cuatro limusinas y seis o diez personas de servicio. En este campo basta con tener lo objetivo y racional.
Por lo tanto, en ese lamentable debate del Estado de la Nación, en el que por supuesto, a aquellos que desde las butacas no les cabía, por su inoperancia, responsabilidad alguna, competían entre sí para ver quien lanzaba más piedras al techo de aquello que, por sus responsabilidades, tenían la obligación de actuar, responsabilizarse y dar la cara. En este caso y circunstancia, le toco el turno al bueno de Zapatero, quien con su habitual modestia y buen hacer, hizo los mejores intentos para defenderse de tanto y tan desagradable flechazo lanzado por aquellos que, lo único que hacen es NO HACER NADA. Esta es una posición excesivamente fácil y también, excesivamente cobarde.
Es más que lamentable, que nosotros pueblo, tengamos que asistir a tan afectados debates que para nada ayudan a reflejar el verdadero estado de la Nación.
Nadie tiene la menor duda de que en años recientes y anteriores para España, todo iba “viento en popa”, millones de inmigrantes ingresaban al país necesitado de mano de obra y para todos ellos había empleo. Habían fatuos comentarios que decían …”en España se construyen más casas que entre Inglaterra, Alemania y Francia juntas…” lo que igual que a Tarzán nos hacía latir el pecho como si fueran tambores. Pensar que eso podía continuar, sin duda alguna, era parte de una enorme dosis de ingenuidad e ignorancia. Que de repente se vio cercenada por la avalancha de la crisis, pero fuimos tan ingenuos como para pensar que ese estado de cosas podía ser constante y progresivo.
Dado las específicas características de España, en especial en relación con las tres mayores potencias europeas: Alemania, Francia e Inglaterra donde sus bases de desarrollo más importantes se basan en la industria y cuyos productos son requeridos en muy diversos lugares del mundo, España ha tenido que abrirse camino en esas áreas, en años mucho más recientes. El efecto de esto ha sido las dificultades creadas para la implantación y desarrollo de los productos industriales, ya que aparentemente, su mayor fuente de ingresos: el turismo ha sufrido una caída remarcable, que ha afectado fuertemente su economía. La suma de estos factores ha hecho que España sufra con mayor intensidad los problemas de la crisis, que los otros países europeos importantes, lo que no implica que no haga los esfuerzos y obtenga los recursos necesarios para poder salir a flote de todas las dificultades, incluida la del importante paro, motivado esencialmente por las causas ya explicadas.
El hecho de que se produzcan todos estos sumados problemas no obedece de forma alguna a una responsabilidad de gobierno ni de orden administrativo, aunque eventualmente, si podría ser originado por un hecho de ésta índole siempre y cuando las circunstancias lo hubieran propiciado: por incapacidad, negligencia o inercia. No es tal el caso, el problema es generalizado y atañe a todo el universo.
Por lo tanto el hecho de que todos los partidos políticos, excepción del gobernante, formen círculo cerrado alrededor y lo indiquen como único y exclusivo responsable de la situación que se está viviendo, está mucho más cerca de la ineptitud total que del razonamiento lógico.
A mi criterio estas agresiones tribales hace mucho tiempo que deberían haber desaparecido y usar el poco o mucho razonamiento lógico de que disponga cada una de esas mentes que, sí, hablan mucho, dicen poco y no hacen nada.
Esa es la tendencia fuera de las consabidas marchas partidistas que deberían tener las sociedades modernas y racionales.

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