martes, 10 de agosto de 2010

divinas creencias

En nuestra vida, supuestamente civilizada, (provechosamente civilizada para algunos) los hechos diarios no dejan de depararnos sorpresas, algunas de ellas no deberían existir, pero lamentablemente y debido a la estupidez humana aún persisten.
Nos acabamos de enterar por las diversas publicaciones de los medios de la visita del “Santo Padre” a la ciudad de Londres y nos ha extraordinariamente sorprendido de que esto se convierta en algo parecido a la visita del circo Soliei o al conjunto musical U2, con importes a pagar similares. Parece ser que la Santa Iglesia después de almacenar millones y millones de miles de monedas durante miles de años, necesite ahora, mejorar sus recursos para que el “Santísimo” pueda salir a hacer su gira “festiva”.
Decir que tal cosa es indignante supera los límites de lo imaginario, y la pregunta para cualquier persona con sentido común es: ¿Cómo es posible que el papado cometa tamaña e irrespetuosa hazaña, pensando que todos somos sus acolitos, a quienes por sus hechos y conductas la “Santa Iglesia” y sus fieles han insultado con los peores agravios cuando tenemos desde los tiempos antiguos casos como: Los Caballeros de San Juan, situados en Malta, que mantenían una vida disoluta fornicando, a pesar de sus votos de castidad, en toda y cualquier oportunidad que se les presentaba.
También a San Agustín, que le rogaba a su Dios, diciéndole: “Dios permite que mantenga la castidad, pero no ahora sino cuando llegue la hora…
A toda la Edad Media incluyendo el Martillo de las Brujas, las quemadas vivas, las inocentes Brujas de Salem, toda la inquisición española, y una cantidad ingente de mostruosos atropellos involucrando mucha sangre y sufrimientos.
Y a continuación una enorme cantidad de escándalos de abusos sexuales cometidos a través del tiempo. Citarlos acá a todos sería muy extensivo, pero más recientemente, podemos hablar de los descubrimientos en las catacumbas que se abrieron en los conventos de monjas y frailes en España, que comunicaban unos edificios con los otros y en cuyo recorrido se encontraron centenares y centenares de cadáveres infantiles y nonatos.
También se podría hablar de los Legionarios de Cristo en México, cuyo abuso duró decenas de años, sobre los jóvenes discípulos estudiantes de las “creencias divinas”, podemos seguir con las denuncias de las violaciones a menores realizadas por sacerdotes católicos en Bélgica, también el famoso caso en Argentina de las acusaciones al Padre Grassi, por abuso de menores de su fundación.
Continuar con esta saga de atrocidades es algo extremadamente indignante, por lo cual lo dejaremos aquí, simplemente para que sirva de un minúsculo ejemplo de las atrocidades cometidas y que siguen cometiendo gracias a la crédula estupidez humana, la “Iglesia Católica Apostólica Romana”, quien pretende aún usar de su poder para crear las mayores dificultades a quienes pretenden decir la verdad.

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